Discapacidad motora y aspectos importantes


Aporte de Susana




 Video #2 El regalo. [Video]. YunaDug, 2016
Discapacidad Motora
    Se considera una persona con discapacidad motora, cuando por diversas causas, físico-muscular nervio-motor y cerebro se le ve afectada su habilidad en el control y manejo del movimiento, equilibrio, coordinación y postura de las diversas partes del cuerpo.

Principales causas de las alteraciones motrices
Prenatales o antes del nacimiento están las enfermedades infecciosas de la madre, como lo son:
*      La rubéola
*      El sarampión
*      La sífilis
*      El herpes
*      La hepatitis epidémica entre otras.

Perinatales o durante el nacimiento se puede dar por la anoxia (Falta o disminución de oxígeno en las células, los órganos o la sangres), por insuficiencia cardíaca grave de la madre, anemia, hipertensión, circulación sanguínea deficiente, incapacidad de los tejidos del feto de captar oxígeno. Las enfermedades metabólicas congénitas y la incompatibilidad Rh.

Los trastornos físico periféricos afectan los huesos, articulaciones, extremidades y músculos, se pueden presentar desde el nacimiento ejemplo, la enfermedad Charcot Marie Tooth.

La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth comprende un grupo heterogéneo de neuropatías periféricas hereditarias no inflamatorias. También se le puede llamar como atrofia muscular peroneal, neuropatía motora y sensorial hereditaria.



Parálisis Cerebral
    Se describen en 3 tipos con base en la funcionalidad del movimiento:
·         Parálisis cerebral espástica: Un niño con parálisis cerebral espástica no puede relajar los músculos o podría tener músculos rígidos.
·                  Parálisis cerebral atetoide: La parálisis cerebral atetoide afecta la capacidad del niño para controlar sus músculos. Esto significa que los brazos o piernas afectados por la parálisis cerebral atetoide podrían agitarse y moverse repentinamente.
·       Parálisis cerebral atáxica: Un niño con parálisis cerebral atáxica tiene problemas de equilibrio y coordinación.

La parálisis puede presentarse de las siguientes formas:
Parálisis cerebral mixta: Hemiplejia es un trastorno del cuerpo del paciente en el que la mitad contra lateral de su cuerpo está paralizada.

Parálisis cerebral mixta: Diplejía Parálisis que afecta a partes simétricas del cuerpo, llamada también parálisis bilateral (p. ej., de extremidades inferiores). Puede ser flácida o espástica, según si la lesión radica en la neurona central, o en la de la asta anterior de la médula.

Parálisis cerebral mixta: Cuadriplejía parálisis de las dos piernas y los dos brazos





Parálisis cerebral mixta: Paraplejia parálisis de la mitad inferior del cuerpo que se debe a una lesión nerviosa en el cerebro o en la médula espinal.


Parálisis cerebral mixta: Monoplejía  parálisis que afecta a un solo miembro o grupo muscular.

Parálisis cerebral mixta: Triplejía parálisis que afecta a tres de las cuatro extremidades del discapacitado.


Tipos de discapacidad motriz:
Leve
Moderada
Grave
Tiene un 30% de compromiso funcional, logra caminar por sí solo, logra independencia en las actividades de la vida diaria, lenguaje normal o déficit cognitivo en los distintos grados. Se integra a la vida normal sin mayores tratamientos.
Tiene entre un 30 y 50% de compromiso funcional. Necesita ciertas ayudas técnicas para lograr independencia en marcha y actividades de la vida diaria.
Hay ciertos problemas de comunicación y un CI de normal a déficit cognitivo leve ha moderado.
Tiene entre un 70 y un 100% de compromiso funcional el compromiso es máximo y en todas las áreas de desarrollo, con escasa conexión ambiental y severos problemas asociados. No hay mayores posibilidades de integración a nivel social.

     Un niño puede tener un caso leve o más grave de parálisis cerebral - realmente depende de la extensión del cerebro afectada y las partes del cuerpo, que esa parte el cerebro controla. Si ambos brazos y piernas están afectados, el niño podría necesitar una silla de ruedas. Si sólo las piernas están afectadas, el niño podría caminar de manera insegura o necesitar aparatos ortopédicos o muletas. Si la parte del cerebro que controla el lenguaje está afectada, el niño con parálisis cerebral, podría tener dificultad para hablar con claridad. Otro niño con parálisis cerebral quizás no pueda hablar.

      Nadie sabe con seguridad, cual es la causa de la mayoría de los casos de parálisis cerebral. Para algunos bebés, las lesiones al cerebro durante el embarazo o inmediatamente después del nacimiento, podrían ser la causa de la parálisis cerebral. Los niños con mayor riesgo de desarrollar parálisis cerebral, son los bebés pequeños y prematuros (bebés que nacen muchas semanas antes de la fecha, en la que debían nacer) y los bebés que necesitan un ventilador (un aparato que les ayuda a respirar) durante varias semanas o un lapso de tiempo más prolongado. Pero para la mayoría de los niños, el problema en el cerebro ocurre antes del nacimiento y los médicos no saben por qué.

      Es muy importante no usar expresiones negativas como minusválidos, lisiados, “víctima” de una discapacidad, persona que “padece” una discapacidad, sino en lugar de ello, invitar a la inclusión.

    Las sillas de ruedas permiten a una persona movilizarse y participar activamente en la sociedad. Por eso es que no hay que utilizar términos como “confinado a una silla de ruedas” o “limitado a una silla de ruedas”, ya que la misma, para quien la usa, es un elemento de liberación.

      No hay que tener miedo de usar ciertas expresiones idiomáticas cuando se habla con una persona con discapacidad. Por ejemplo, decir “Me encantó verte” o “Nos vemos” a una persona ciega es absolutamente aceptable, o “Siempre andas corriendo” a una persona en silla de ruedas, ¡ellos también utilizan estas expresiones todo el tiempo!

    No dar por sentado, que una persona con discapacidad necesita ayuda siempre. Si el entorno es accesible, las personas con discapacidad se suelen desarrollar sin dificultad.
Es recomendable preguntar si requiere ayuda, y de ser así, pedir referencia de cómo es mejor ayudarla antes de actuar como a uno le parece adecuado. Preguntarle, por ejemplo “¿Te puedo ayudar en algo?” es una buena opción, porque se le posibilita responder “no, gracias”; o “sí”, y de qué manera.

Orientaciones específicas
Personas que no caminan o caminan con dificultad:

1) Las sillas de ruedas, los bastones, muletas o andadores, son parte del espacio personal de la persona con discapacidad: apoyarse o toquetear estos elementos es como toquetearlos o apoyarse sobre ellos mismos.

2)Las personas que usan bastones o muletas necesitan los brazos para mantener el equilibrio; pretender unilateralmente sostenerlas a ellas o a sus cosas, mientras se encuentran paradas podría hacer que se caigan, aunque la intención sea ayudar.

3) No los apuremos: somos nosotros quienes debemos caminar al ritmo, de quienes tienen dificultad para movilizarse, y no ellos al ritmo nuestro.

4) Las posibilidades y dificultades de usuarios de silla de ruedas son de una gran diversidad: algunas pueden caminar distancias cortas, otros no pueden utilizar sus manos, otras pueden usar sus brazos, etc.: es importante preguntarles cómo ayudarlas.

5) Hay que tener en cuenta que, desde una silla de ruedas, el alcance de elementos altos, es menor que estando parado. Y que hacia delante la distancia es mayor por el espacio que ocupan las piernas en posición de sentad, a menudo es más fácil alcanzar algo de costado. 
La dependencia no depende únicamente de la discapacidad que la provoca, sino de cómo se adapta el contexto a las necesidades de la persona.

  En ocasiones, pequeñas modificaciones y algunas ayudas técnicas sencillas pueden facilitarnos en gran medida la atención a la persona dependiente.
Analizar las actividades afectadas y hasta qué punto la persona puede llevarlas a cabo, nos ayudará a valorar el grado de severidad de la discapacidad y el grado de ayuda que hay que prestar.

Actitudes que debemos tener
·         Estar dispuesto a ayudar sin anular a la persona dependiente.
·         Mostrar en todo momento una actitud de colaboración.

Habilidades que debemos tener
·         Procurar un entorno adaptado a la persona dependiente.
·         Velar porque esté en condiciones óptimas de salud, seguridad, comodidad e higiene.
·         Pedir siempre la máxima colaboración, no actuar por ellos.

Detectar qué capacidades y habilidades conserva la persona dependiente.
·                      Ver las actividades como la suma de una serie de acciones específicas.
·         
        Tener paciencia y esperar a ver si la persona dependiente puede realizar las cosas de manera autónoma.
·         
            Animar a la persona dependiente para que haga el máximo de cosas por sí misma.
·         Ayudar solo cuando sea estrictamente necesario.
·         
           Establecer rutinas para ciertas actividades como la comida, el aseo, el paseo, teniendo en cuenta las preferencias de la persona.
·         
            Indicar verbalmente los pasos que se han de seguir cuando sea necesario
Se puede dar la situación en la que la persona dependiente reclame más atención de la necesaria, por miedo al dolor, porque sea costoso lo que tiene que hacer, pero a veces solo se trata de llamar la atención del cuidador el mayor tiempo posible. A veces, esta situación va acompañada de una actitud hostil de la persona dependiente, que paga con los cuidadores sus frustraciones y les hace cada vez más exigentes.

El cuidador debería:
·                      Aprender a observar a la persona dependiente, para conocer sus limitaciones verdaderas y saber cuándo hay que intervenir y cuando no.
·         
           Saber organizarse, para que sea más fácil el trabajo de cuidar y más predecibles todas las situaciones posibles de la persona dependiente.
·         Aprender estrategias para facilitar las tareas de cuidado y adaptar el entorno.
·         
          El grado de discapacidad que presenta una persona, no depende solo de la causa que la provocó, sino también del contexto donde se desenvuelva cotidianamente.
·         
          El cuidador es, sin duda, una parte importantísima del contexto, y su comportamiento puede hacer que, por un lado, la relación entre cuidador y persona dependiente sea más satisfactoria y, por otro, que su trabajo sea más llevadero.
·            
               El cuidador ha de fomentar la autonomía de la persona dependiente y, si es necesario, poner límites en la atención.
·         Adecuar el entorno e implementar las ayudas técnicas, precisas para facilitar su autonomía y desarrollo personal.

    La educación normalizada, de alumnos y alumnas con discapacidad motora, es un tema actual. Las evaluaciones de todas las áreas de trabajo de los estudiantes, con discapacidad son importantes tanto para el profesor como para su fisioterapeuta sobre todo, en los niños que presentan una discapacidad motora.

Control postural y sedestación
    La evaluación del control de la postura de los alumnos con discapacidad motriz tiene como principales objetivos, el favorecer el desarrollo neuromuscular, prevenir malformaciones musculoesqueléticas, evitar el cansancio muscular y mejorar su participación en el aula y la realización de tareas. La postura del alumno debe ser lo más correcta posible, tanto en condiciones de sedestación como en bipedestación o desplazamiento ya que un buen control postural revierte en una mejor calidad de vida y tiene consecuencias favorables en los niños con discapacidad motora.

    Un buen control postural en condiciones de sedestación, bipedestación o desplazamiento, es crucial para prevenir malformaciones musculoesqueléticas, evitar el cansancio muscular y mejorar la participación del alumno en el aula y en la realización de las tareas. La evaluación del control postural, se efectúa primero en posición estática y posteriormente en posición dinámica, como resultado se persigue tomar decisiones sobre el tipo de silla, y adaptaciones de la misma o ayudas técnicas necesarias.

Mobiliarios escolares especifico
    Se recomienda pasar al niño, primero en la silla base y posteriormente con las adaptaciones que se hayan considerado, para valorar la eficacia de las mismas, tomar una decisión sobre la silla adecuada puede ser algo complejo, ya que hay que aparte de los aspectos musculoesqueléticos, también hay que tener en cuenta la autonomía del alumno, las necesidades de desplazamiento, la ubicación en el aula y el acceso al mobiliario auxiliar y a las ayudas técnicas que va a usar, esto conlleva a una implicación del alumno, diferentes profesionales y la familia.

    Durante la jornada escolar, se debe observar al niño sentado, cuando está en bipedestación o en decúbito y se valora la alineación postural en posición estática y en dinámica realizando tareas escolares en diferentes posiciones.

Acceso a las ayudas técnicas
   Todos los niños van a tener diferentes tipos de ayuda, según lo que hemos visto anteriormente, pero entre algunas ayudas podemos mencionar:


La colocación de una pantalla, colocación de teclado, el uso de adaptaciones como cobertores, teclados reducidos o ampliados, el manejo del ratón y su ubicación.

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Referencias Bibliográficas

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